¿Qué narrativas tienes cuando te confundes o cometes un error? ¿Qué diálogo interno te motiva para alcanzar tus aspiraciones? ¿Cómo motivas a otros a alcanzar un objetivo? ¿Son narrativas motivadas por el entusiasmo, la curiosidad o "la fascinación por saber algo nuevo", o más bien por el miedo a las consecuencias de no conseguirlo? La subjetividad está compuesta por un collage de voces que se superponen y a veces compiten entre sí. La tensión entre todas estas voces generan un "modelo de mundo". Los "modelos del mundo" son patrones de pensamiento, actitudes y creencias que influyen en cómo procesamos y entendemos la información, cómo tomamos decisiones y cómo nos comportamos en diferentes situaciones. Estos marcos mentales fueron moldeados por nuestra educación, cultura y experiencias pasadas, y pueden afectar profundamente nuestra percepción de la realidad y nuestras decisiones. ¿Se puede transformar, aunque sea parcialmente, nuestros modelos de mundo? A mi juicio, la respuesta no es sencilla ni categórica. Aunque las investigaciones muestran que el entrenamiento cognitivo, efectivamente, conlleva cambios psicológicos en las personas, eso no quiere decir que los antiguos hábitos de pensamiento se esfumen sin más. Más bien, la persona aprende a detectarlos y descentrarse de ellos y con el tiempo se vuelven menos recurrentes. El sistema nervioso habrá generado, también automáticamente, otra narrativa que resulta más adaptativa y apropiada. Un ejemplo aparece en la película 'Beautiful Mind'. Se narra la historia de John Nash, un matemático que pasó a la historia por sus aportes a la teoría de juegos. Desarrolló una esquizofrenia paranoide que le hacía tener alucinaciones e ideas de conspiración contra él. Con el tiempo, y el apoyo de su familia, generó una metacognición tan extraordinaria que era capaz de detectar sus alucinaciones como una creación de la mente. Como si fuera un sueño que ocurría de día. Finalmente, dejó de tomar medicación y vivió durante 87 años apoyado por una comunidad que lo admiraba. Cambiar un modelo mental arraigado puede ser difícil, ya que estos patrones mentales se han establecido a lo largo del tiempo y son resistentes al cambio. Sin embargo, es posible hacerlo a través de la práctica consciente y el compromiso activo. La identificación nos hace tomar las narrativas como reales. La persona que se culpa por cometer un error, por ejemplo, se identifica plenamente con esa culpa, sin permitirse la posibilidad de analizar los factores que pueden haber contribuido a ese error. Del mismo modo, aquel que se siente atacado por un feedback de un compañero, se identifica con esa emoción de defensa, sin siquiera considerar la posibilidad de que su compañero tenía una intención constructiva. Para ser libre es necesario desidentificarse de lo que uno sabe. La desidentificación implica cuestionar y desafiar los patrones de pensamiento, y abrirse a nuevas formas de ver y comprender el mundo. La desidentificación es especialmente importante en la sociedad actual, que se caracteriza por la proliferación de información y la presión constante para adaptarse a las demandas del mercado y de la sociedad. Hay que labrar una mente libre para resistir la homogeneización del pensamiento y desarrollar una perspectiva más crítica y creativa sobre el mundo que nos rodea. |
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